Estudiar el pasado biológico de este planeta es tratar de conocernos a nosotros mismos un poco mejor, además de ser una maravillosa aventura en la que se viaja por océanos de tiempo hasta un mundo pretérito y exótico, poblado por criaturas que ya no están entre nosotros, pero cuya existencia y desaparición dieron lugar a nuestra propia existencia.
Ningún crononauta puede traerse una mariposa cretácica en la suela de su zapato y cambiar la Historia, principalmente porque los viajes en el tiempo no son posibles, pero podemos caer pasmados de admiración al leer, por ejemplo, la descripción de las criaturas que poblaron los mares cámbricos hace cientos de millones de años. Parte de esa culpa la tiene el yacimiento de fósiles de Burguess Shale, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, y cuya fauna fue descrita tan bellamente por Stephen J. Gould.
Durante una expedición, formada por paleontólogos de la Universidad de Uppsala y del Museo Real de Ontario, a las Montañas Rocosas canadienses en 2008, se descubrió inesperadamente un yacimiento de fósiles con especímenes muy bien conservados de hace 500 millones de años.
Los fósiles se encuentran en sedimentos que fueron depositados de una manera totalmente diferente a los de a Burgess Shale y donde nadie esperaría tan buena conservación.
En concreto, el yacimiento se encuentra en el glaciar Stanley. Los investigadores fueron allí a investigar debido a las afirmaciones de diversos excursionistas en las que decían que había fósiles raros en esa zona.
Se encontraron cientos de fósiles en ese lugar, que incluyen 8 animales completamente nuevos y una docena de especímenes muy bien conservados de artrópodos, braquiópodos, trilobites, moluscos y esponjas. Entre las esponjas se encuentra Diagoniella.
Otros fósiles interesantes recientemente descubierto allí es Stanleycaris, un nuevo tipo de depredador gigante similar al Anomalocaris de Burgess Shale. Esta criatura medía un metro de longitud, tenía un cuerpo segmentado y unos apéndices espinosos en la cabeza que alimentaban una boca circular. Este tipo de animales constituían los depredadores más formidables de los mares cámbricos.
También se encontró un artrópodo multisegmentado similar a uno encontrado en la biota fósil de Chengjiang en China, además de los elusivos apéndices del artrópodo Tuzoia, conocido por su cuerpo espinoso y grandes ojos.
Aunque el nuevo yacimiento es parte de la misma unidad montañosa a la que pertenece Burgess Shale, el descubrimiento del glaciar Stanley ha sido una completa sorpresa.
El océano sobre cuyo lecho se depositaron estos fósiles hace 505 millones de años tenía una acantilado submarino que dividía el área en una cuenca profunda y una llanura somera. Se cree que el acantilado jugó un papel importante a la hora de preservar la biota de Burgess Shale y de otras localizaciones. En esos casos los fósiles se hallaron en lo que fue la cuenca profunda y contra la pared del acantilado. Sin embargo, la biota del glaciar Stanley fue depositada en la plataforma somera por encima del precipicio. Este nuevo hallazgo elimina o rebaja la importancia de ese tipo de formaciones geológicas a la hora de preservar fósiles.
Karina Rubio C.I: 17.678.915
Electrónica del Estado Sólido
http://neofronteras.com/?p=3242
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