Todos tienen en su mente la típica imagen de un cocodrilo oculto en un río, con sus ojos y nariz asomándose sobre el agua y una piel gruesa protegida por placas dérmicas, además de un hocico alargado con dientes cónicos. Pero los nuevos descubrimientos realizados por los paleontólogos en Brasil, Bolivia y Argentina revelarían que los cocodrilos prehistóricos habrían sido más variados en sus apariencias y ambientes. Los cuatro nuevos cocodrilos corresponden a las especies Yacarerani boliviensis, Adamantinasuchus navae, Armadillosuchus arrudai y Dakosaurus andinienses.
El Yacarerani
El Yacarerani fue descubierto por el paleontólogo argentino Fernando Novas en plena selva de Bolivia, en el Parque Nacional Amboró, a 50 km de Santa Cruz de la Sierra. Este nuevo ejemplar, que vivió hace 80 millones de años, fue bautizado como Yacarerani boliviensis, que en lengua guaraní significa primer yacaré boliviano, aunque la apariencia de este cocodrilo estaba lejos de parecerse al yacaré de nuestros días.
La peculiaridad de este animal no corresponde al lugar donde fue desenterrado... ni a su tamaño, que seguramente no sobrepasaría los 80 cm de longitud, sino a su estructura craneal que era ancha con los ojos en posición lateral, la fosas nasales apuntando hacia el frente y sus dentición única: poseía incisivos que sobresalían de su hocico, y otro grupo de dientes laterales en el resto de su mandíbula parecidos a muelas. Esto implicaría una posible alimentación omnívora, al contrario que los cocodrilos modernos. Sin embargo, esto último queda sólo en el marco de lo especulativo.
El Adamantinasuchus
El Adamantinasuchus navae, como fue nombrado científicamente, es un ejemplar perteneciente a la misma familia del Yacarerani, por ello posee una apariencia muy similar a la de este último. Su descubridor fue el paleontólogo William Navae, quien lo halló en rocas de formación adamantina (de ahí su nombre) durante la construcción de una represa en Marília, a 432 Km de la capital del estado de Sao Paulo, Brasil.
El estudio de los restos fósiles fue encargado a los profesores del Departamento de Geología de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Pedro Enrique Nobre e Ismar De Souza Carvalho. Los estudios realizados muestran que este pequeño cocodrilo poseería una estructura craneal muy similar al Yacarerani, con ojos enormes dispuestos a los lados y muelas como las de los mamíferos, por lo que se asume que habría consumido peces, pequeños vertebrados, insectos, plantas y semillas. De hábitos terrestres, este notosuquio de 50 cm habría vivido en lugares cálidos, caracterizados por tener sequías prolongadas, lo que implicaría su extinción con la abertura del océano Atlántico y la humidificación del clima en su hábitat.
El Armadillosuchus
Los mismos profesores del Departamento de Geología de la Universidad Federal de Río de Janeiro, De Souza y Enrique, dieron a conocer uno de los descubrimientos más recientes en la paleontología en el mundo, mediante un artículo publicado en la revista científica Journal of South American Earth Science.
Se trata de un cocodrilo extinto hace más de 90 millones de años, cuyo aspecto le valió el nombre de Armadillosuchus arrudai, pues posee un caparazón en su espalda y cuello que recuerda mucho a un moderno armadillo. Sin embargo, este ejemplar de 2 metros, que habría alcanzado los 120 kg de peso en vida, habría sido único no sólo por su caparazón sino también por tener un cráneo largo acompañado de pequeños dientes especializados.
Descubierto en la región de Baurú, en el interior del estado de Sao Paulo, para De Souza: "el Armadillosuchus mezcla elementos totalmente anómalos para los cocodrilos actuales, lo cual hace difícil incluso aplicar el principio de uniformidad de la geología, que utiliza el presente como llave del pasado."
El Dakosaurus
Luego de ser motivada por el hallazgo de fragmentos fósiles de lo que parecía ser un cocodrilo marino, una expedición encabezada por la paleontóloga Zulma Gasparini en 1996 dio a conocer un cráneo de lo que más tarde sería el cocodrilo marino más extraño de todos lo conocidos hasta el momento. Esta criatura extinta hace más de 135 millones de años fue el Dakosaurus andinienses.
Descubierto en lo que habría sido durante el Cretácico temprano una bahía tropical y ahora Pampa Tril, en el noroeste de la provincia de Neuquén, Argentina, el Dakosaurus fue poco común para su tipo, puesto que los cocodrilos marinos se caracterizaban por tener hocicos largos y angostos especializados para la pesca, al contrario de este nuevo ejemplar de casi 4 metros de longitud, cuyo cráneo era más ancho y corto, y provisto de trece dientes aserrados de hasta 10 cm, perfectos para la caza de grandes presas.
El Yacarerani
El Yacarerani fue descubierto por el paleontólogo argentino Fernando Novas en plena selva de Bolivia, en el Parque Nacional Amboró, a 50 km de Santa Cruz de la Sierra. Este nuevo ejemplar, que vivió hace 80 millones de años, fue bautizado como Yacarerani boliviensis, que en lengua guaraní significa primer yacaré boliviano, aunque la apariencia de este cocodrilo estaba lejos de parecerse al yacaré de nuestros días.
La peculiaridad de este animal no corresponde al lugar donde fue desenterrado... ni a su tamaño, que seguramente no sobrepasaría los 80 cm de longitud, sino a su estructura craneal que era ancha con los ojos en posición lateral, la fosas nasales apuntando hacia el frente y sus dentición única: poseía incisivos que sobresalían de su hocico, y otro grupo de dientes laterales en el resto de su mandíbula parecidos a muelas. Esto implicaría una posible alimentación omnívora, al contrario que los cocodrilos modernos. Sin embargo, esto último queda sólo en el marco de lo especulativo.
El Adamantinasuchus
El Adamantinasuchus navae, como fue nombrado científicamente, es un ejemplar perteneciente a la misma familia del Yacarerani, por ello posee una apariencia muy similar a la de este último. Su descubridor fue el paleontólogo William Navae, quien lo halló en rocas de formación adamantina (de ahí su nombre) durante la construcción de una represa en Marília, a 432 Km de la capital del estado de Sao Paulo, Brasil.
El estudio de los restos fósiles fue encargado a los profesores del Departamento de Geología de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Pedro Enrique Nobre e Ismar De Souza Carvalho. Los estudios realizados muestran que este pequeño cocodrilo poseería una estructura craneal muy similar al Yacarerani, con ojos enormes dispuestos a los lados y muelas como las de los mamíferos, por lo que se asume que habría consumido peces, pequeños vertebrados, insectos, plantas y semillas. De hábitos terrestres, este notosuquio de 50 cm habría vivido en lugares cálidos, caracterizados por tener sequías prolongadas, lo que implicaría su extinción con la abertura del océano Atlántico y la humidificación del clima en su hábitat.
El Armadillosuchus
Los mismos profesores del Departamento de Geología de la Universidad Federal de Río de Janeiro, De Souza y Enrique, dieron a conocer uno de los descubrimientos más recientes en la paleontología en el mundo, mediante un artículo publicado en la revista científica Journal of South American Earth Science.
Se trata de un cocodrilo extinto hace más de 90 millones de años, cuyo aspecto le valió el nombre de Armadillosuchus arrudai, pues posee un caparazón en su espalda y cuello que recuerda mucho a un moderno armadillo. Sin embargo, este ejemplar de 2 metros, que habría alcanzado los 120 kg de peso en vida, habría sido único no sólo por su caparazón sino también por tener un cráneo largo acompañado de pequeños dientes especializados.
Descubierto en la región de Baurú, en el interior del estado de Sao Paulo, para De Souza: "el Armadillosuchus mezcla elementos totalmente anómalos para los cocodrilos actuales, lo cual hace difícil incluso aplicar el principio de uniformidad de la geología, que utiliza el presente como llave del pasado."
El Dakosaurus
Luego de ser motivada por el hallazgo de fragmentos fósiles de lo que parecía ser un cocodrilo marino, una expedición encabezada por la paleontóloga Zulma Gasparini en 1996 dio a conocer un cráneo de lo que más tarde sería el cocodrilo marino más extraño de todos lo conocidos hasta el momento. Esta criatura extinta hace más de 135 millones de años fue el Dakosaurus andinienses.
Descubierto en lo que habría sido durante el Cretácico temprano una bahía tropical y ahora Pampa Tril, en el noroeste de la provincia de Neuquén, Argentina, el Dakosaurus fue poco común para su tipo, puesto que los cocodrilos marinos se caracterizaban por tener hocicos largos y angostos especializados para la pesca, al contrario de este nuevo ejemplar de casi 4 metros de longitud, cuyo cráneo era más ancho y corto, y provisto de trece dientes aserrados de hasta 10 cm, perfectos para la caza de grandes presas.
Variados
Todo lo expuesto anteriormente, confirma una vez más la variedad de cocodrilos que hubo en el pasado prehistórico: desde pequeños como el Yacarerani, pasando por armados como el Armadillosuchus y monstruosos como el Dakosaurus.
Todo lo expuesto anteriormente, confirma una vez más la variedad de cocodrilos que hubo en el pasado prehistórico: desde pequeños como el Yacarerani, pasando por armados como el Armadillosuchus y monstruosos como el Dakosaurus.
http://www.suite101.net/content/los-nuevos-hallazgos-de-cocodrilos-prehistoricos-a10699
Karina Rubio
C.I: 17.678.915
EES
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